Según una reciente investigación, personas que padecen autismo o síndrome de Asperger de alto funcionamiento, tras inhalar oxitocina, mejoraron su conducta prosocial, es decir, que prestaron más atención a las señales sociales (la mirada, la expresión facial, etc.). El efecto duraba poco tiempo, pero durante estos minutos, alrededor de veinte, estos sujetos pudieron captar mejor las pistas sociales que normalmente pasan desapercibidas para los autistas. Entre las respuestas individuales, hubo variación, y también debemos señalar que sólo estudiaron a autistas de alto rendimiento, aunque más del 80% de los autistas presentan también retraso mental. De todas formas, a pesar de las limitaciones del experimento, parece que se ha abierto una importante vía para futuras investigaciones.
Desde hace tiempo se había comprobado que en los niños y adultos con autismo, el nivel de oxitocina es más bajo de lo normal. Lo que intentan varias líneas abiertas de investigación es aumentar este nivel de oxitocina para mejorar la percepción y la respuesta social de estas personas.
La oxitocina es conocida como la “hormona del amor”, ya que tiene un papel importante en el fortalecimiento de los vínculos afectivos. La producimos cuando nos acariciamos, nos besamos y, también, en el orgasmo. Además, y no de menor importancia, tiene un papel primordial en el nacimiento y la lactancia.
El pico más alto de oxitocina que puede conseguir un ser humano, lo produce la mujer en la hora siguiente al parto (en un parto natural), coincidiendo con el momento en el que se produce el “enamoramiento” con su bebé. Los hombres no llegamos jamás a esos niveles de oxitocina. Además, no debemos olvidar que cada vez que el bebé mama se produce una subida de oxitocina que fortalece el vínculo amoroso entre la madre y su bebé.
A nivel físico, la oxitocina es básica en el parto, ya que provoca las contracciones uterinas, ayuda a la expulsión de la placenta, reduce la pérdida de sangre y, además, también estimula la producción de leche.
La diferencia entre la oxitocina artificial (que se administra para provocar artificialmente las contracciones en los partos medicalizados) y la oxitocina producida por el propio cuerpo, no radica en su composición química, sino en su efecto sobre el cerebro. La oxitocina natural, se produce en el hipotálamo, se almacena en la hipófisis y, desde allí, se lanza al torrente sanguíneo. La artificial entra directamente al torrente sanguíneo, pero no puede atravesar la barrera hematoencefálica (barrera que aísla y protege al cerebro del resto del cuerpo). Por lo tanto, la oxitocina administrada artificialmente provoca las contracciones del útero (más frecuentes y dolorosas), pero como no llega al cerebro, nos quedamos sin el “enamoramiento” natural. Además, otro efecto del suero de oxitocina es que inhibe la producción de oxitocina del propio cuerpo y que en grandes dosis, desensibiliza los receptores de oxitocina, por lo que no se produce el “enamoramiento” y la instauración de la lactancia resulta más complicada.
De todas formas, no quiero ser alarmista y me gustaría destacar que la lactancia (la natural, la humana) puede compensar la falta de oxitocina natural de algunos partos difíciles o de la cesárea. Ya hemos visto que cada vez que el bebé estimula el pecho de la madre, hay una subida de oxitocina.
¿Y qué pasa entonces cuando tenemos un parto provocado con oxitocina artificial o una cesárea y, además, sustituimos la lactancia materna por el biberón?, ¿qué pasa si ni la madre ni el bebé tienen la oportunidad de vincularse de esa manera tan brutal?, ¿qué efectos tendrá la ausencia de la hormona que favorece la capacidad de amar?
En las últimas décadas estamos asistiendo a un aumento considerable de los casos de autismo; hay quien habla de epidemia. También, desde hace varias décadas, asistimos a una mayor medicalización del parto, una pérdida del papel de la matrona y un aumento de la leche artificial, en detrimento de la lactancia materna. Atando cabos, alguien podría pensar que se debería investigar si hay alguna relación entre la forma de nacer y el autismo.
En 1991, la psiquiatra japonesa Ryoko Hattori evaluó los riesgos de padecer autismo según el lugar de nacimiento. Los niños nacidos en un determinado hospital japonés tenían más probabilidad de ser autistas que la media. En ese hospital se inducía el parto de forma rutinaria una semana antes de la fecha prevista. Utilizaban distintos tipos de sedantes, analgésicos y oxitocina para provocar las contracciones.
Otro dato que da qué pensar sobre la “hormona del apego” es que los niños prematuros tienen más probabilidad (casi el doble) de desarrollar autismo. Tengamos en cuenta que suelen nacer tras partos difíciles con mucho estrés, pasan semanas en la incubadora y muy raramente son alimentados por sus madres. Por desgracia para ellos, en España, aún pocos pediatras y neonatólogos conocen los beneficios del Método Canguro y, de los que lo conocen, pocos lo ponen en práctica en los hospitales donde trabajan. Tras el efecto anti-oxitocina (o anti-apego) de la incubadora, es muy difícil recuperar la lactancia materna, que podría contrarrestar los efectos negativos de esa llegada al mundo tan complicada.
Más detalles sobre los que pensar: niños que han sufrido abandono al nacer o en los primeros meses de vida tienen niveles más bajos de oxitocina y presentan síntomas que apenas se pueden diferenciar de los autistas. Seguro que todos tenemos en mente las imágenes de los orfanatos de China, Rumanía, etc.
Son experimentos sueltos y alguien muy puntilloso podría decir que no son concluyentes, siempre hay quien prefiere mantener sus esquemas y no cambiar nada de su manera de trabajar con las mujeres y los bebés, aunque la evidencia científica demuestre lo contrario. El experimento irrefutable, aunque evidentemente irrealizable, consistiría en coger dos grupos de mujeres embarazadas, a uno de ellos se le induce el parto con oxitocina y se interrumpe la lactancia materna, como se hace en muchos hospitales. El otro grupo sería el grupo de control, se les dejaría tener un parto natural sin intervenciones innecesarias y se respeta la lactancia materna. Al cabo de unos años, se observa cuántos niños autistas hay en cada grupo y sacamos conclusiones.
Sin llegar a los extremos anteriores, hay más formas de hacer ciencia. Podemos observar las estadísticas que muchos expertos están recogiendo en todos los rincones del mundo, podemos establecer correlaciones entre distintas variables (tipo de nacimiento, uso de la oxitocina, tasa de autismo…). En el caso del autismo, también parece que hay un factor genético que puede predisponer al desarrollo de estas alteraciones, pero los factores medioambientales en el embarazo, el nacimiento y los primeros meses de vida tienen una importancia fundamental.
Hay muchos más estudios que apoyan la relación entre la manera de nacer y la mayor o menor alteración de la capacidad de amar. Podéis consultar la base de datos sobre la salud primal que organiza Michel Odent con el objetivo de estudiar, desde distintos campos, el efecto del nacimiento sobre en el resto de la vida. En la página de Primal Health Research se puede hacer una búsqueda por palabras para encontrar todos los estudios relacionados.
En el futuro, las investigaciones y el trabajo debería enfocarse en dos campos distintos. Por un lado, los niños y adultos con autismo podrían beneficiarse de los estudios sobre la oxitocina, pero a largo plazo, el cambio importante debería producirse en la manera de nacer de nuestros hijos, dejando que actúen los millones de años de evolución humana, permitiendo que el maravilloso cóctel de hormonas naturales haga su trabajo y dejando que madre y bebé se vinculen de forma natural.
Texto de Ramón Soler: Psicólogo colegiado experto en Terapia Regresiva Reconstructiva, Hipnosis Clínica, Psicología de la Mujer (embarazo, Parto, Puerperio), Psicología Infantil. En la actualidad ejerce su profesión en su propia consulta en la ciudad de Málaga (España). Compagina esta labor junto a la de Autor y Administrador de mentelibre.es
Desde hace tiempo se había comprobado que en los niños y adultos con autismo, el nivel de oxitocina es más bajo de lo normal. Lo que intentan varias líneas abiertas de investigación es aumentar este nivel de oxitocina para mejorar la percepción y la respuesta social de estas personas.
La oxitocina es conocida como la “hormona del amor”, ya que tiene un papel importante en el fortalecimiento de los vínculos afectivos. La producimos cuando nos acariciamos, nos besamos y, también, en el orgasmo. Además, y no de menor importancia, tiene un papel primordial en el nacimiento y la lactancia.
El pico más alto de oxitocina que puede conseguir un ser humano, lo produce la mujer en la hora siguiente al parto (en un parto natural), coincidiendo con el momento en el que se produce el “enamoramiento” con su bebé. Los hombres no llegamos jamás a esos niveles de oxitocina. Además, no debemos olvidar que cada vez que el bebé mama se produce una subida de oxitocina que fortalece el vínculo amoroso entre la madre y su bebé.
A nivel físico, la oxitocina es básica en el parto, ya que provoca las contracciones uterinas, ayuda a la expulsión de la placenta, reduce la pérdida de sangre y, además, también estimula la producción de leche.
La diferencia entre la oxitocina artificial (que se administra para provocar artificialmente las contracciones en los partos medicalizados) y la oxitocina producida por el propio cuerpo, no radica en su composición química, sino en su efecto sobre el cerebro. La oxitocina natural, se produce en el hipotálamo, se almacena en la hipófisis y, desde allí, se lanza al torrente sanguíneo. La artificial entra directamente al torrente sanguíneo, pero no puede atravesar la barrera hematoencefálica (barrera que aísla y protege al cerebro del resto del cuerpo). Por lo tanto, la oxitocina administrada artificialmente provoca las contracciones del útero (más frecuentes y dolorosas), pero como no llega al cerebro, nos quedamos sin el “enamoramiento” natural. Además, otro efecto del suero de oxitocina es que inhibe la producción de oxitocina del propio cuerpo y que en grandes dosis, desensibiliza los receptores de oxitocina, por lo que no se produce el “enamoramiento” y la instauración de la lactancia resulta más complicada.
De todas formas, no quiero ser alarmista y me gustaría destacar que la lactancia (la natural, la humana) puede compensar la falta de oxitocina natural de algunos partos difíciles o de la cesárea. Ya hemos visto que cada vez que el bebé estimula el pecho de la madre, hay una subida de oxitocina.
¿Y qué pasa entonces cuando tenemos un parto provocado con oxitocina artificial o una cesárea y, además, sustituimos la lactancia materna por el biberón?, ¿qué pasa si ni la madre ni el bebé tienen la oportunidad de vincularse de esa manera tan brutal?, ¿qué efectos tendrá la ausencia de la hormona que favorece la capacidad de amar?
En las últimas décadas estamos asistiendo a un aumento considerable de los casos de autismo; hay quien habla de epidemia. También, desde hace varias décadas, asistimos a una mayor medicalización del parto, una pérdida del papel de la matrona y un aumento de la leche artificial, en detrimento de la lactancia materna. Atando cabos, alguien podría pensar que se debería investigar si hay alguna relación entre la forma de nacer y el autismo.
En 1991, la psiquiatra japonesa Ryoko Hattori evaluó los riesgos de padecer autismo según el lugar de nacimiento. Los niños nacidos en un determinado hospital japonés tenían más probabilidad de ser autistas que la media. En ese hospital se inducía el parto de forma rutinaria una semana antes de la fecha prevista. Utilizaban distintos tipos de sedantes, analgésicos y oxitocina para provocar las contracciones.
Otro dato que da qué pensar sobre la “hormona del apego” es que los niños prematuros tienen más probabilidad (casi el doble) de desarrollar autismo. Tengamos en cuenta que suelen nacer tras partos difíciles con mucho estrés, pasan semanas en la incubadora y muy raramente son alimentados por sus madres. Por desgracia para ellos, en España, aún pocos pediatras y neonatólogos conocen los beneficios del Método Canguro y, de los que lo conocen, pocos lo ponen en práctica en los hospitales donde trabajan. Tras el efecto anti-oxitocina (o anti-apego) de la incubadora, es muy difícil recuperar la lactancia materna, que podría contrarrestar los efectos negativos de esa llegada al mundo tan complicada.
Más detalles sobre los que pensar: niños que han sufrido abandono al nacer o en los primeros meses de vida tienen niveles más bajos de oxitocina y presentan síntomas que apenas se pueden diferenciar de los autistas. Seguro que todos tenemos en mente las imágenes de los orfanatos de China, Rumanía, etc.
Son experimentos sueltos y alguien muy puntilloso podría decir que no son concluyentes, siempre hay quien prefiere mantener sus esquemas y no cambiar nada de su manera de trabajar con las mujeres y los bebés, aunque la evidencia científica demuestre lo contrario. El experimento irrefutable, aunque evidentemente irrealizable, consistiría en coger dos grupos de mujeres embarazadas, a uno de ellos se le induce el parto con oxitocina y se interrumpe la lactancia materna, como se hace en muchos hospitales. El otro grupo sería el grupo de control, se les dejaría tener un parto natural sin intervenciones innecesarias y se respeta la lactancia materna. Al cabo de unos años, se observa cuántos niños autistas hay en cada grupo y sacamos conclusiones.
Sin llegar a los extremos anteriores, hay más formas de hacer ciencia. Podemos observar las estadísticas que muchos expertos están recogiendo en todos los rincones del mundo, podemos establecer correlaciones entre distintas variables (tipo de nacimiento, uso de la oxitocina, tasa de autismo…). En el caso del autismo, también parece que hay un factor genético que puede predisponer al desarrollo de estas alteraciones, pero los factores medioambientales en el embarazo, el nacimiento y los primeros meses de vida tienen una importancia fundamental.
Hay muchos más estudios que apoyan la relación entre la manera de nacer y la mayor o menor alteración de la capacidad de amar. Podéis consultar la base de datos sobre la salud primal que organiza Michel Odent con el objetivo de estudiar, desde distintos campos, el efecto del nacimiento sobre en el resto de la vida. En la página de Primal Health Research se puede hacer una búsqueda por palabras para encontrar todos los estudios relacionados.
En el futuro, las investigaciones y el trabajo debería enfocarse en dos campos distintos. Por un lado, los niños y adultos con autismo podrían beneficiarse de los estudios sobre la oxitocina, pero a largo plazo, el cambio importante debería producirse en la manera de nacer de nuestros hijos, dejando que actúen los millones de años de evolución humana, permitiendo que el maravilloso cóctel de hormonas naturales haga su trabajo y dejando que madre y bebé se vinculen de forma natural.
Texto de Ramón Soler: Psicólogo colegiado experto en Terapia Regresiva Reconstructiva, Hipnosis Clínica, Psicología de la Mujer (embarazo, Parto, Puerperio), Psicología Infantil. En la actualidad ejerce su profesión en su propia consulta en la ciudad de Málaga (España). Compagina esta labor junto a la de Autor y Administrador de mentelibre.es
Como reflexión final quería comentarles que con este nuevo descubrimiento, tenemos una causa más (por si no hubiere ya suficientes) para luchar por tener un parto lo más natural posible... ¿Qué opinan? ¿Tienen algún niño que haya sido diagnosticado de autismo en la familia? ¿Qué posibles causas le atribuyeron sus médicos tratantes?
Foto © Heide Benser/Corbis
tengo dos hijos.El primero nació después de un parto inducido y a los dos meses tuve que dejar de darle el pecho porqué tuvo que estár hospitalizado.
ResponderEliminarEs el niño más sociable que se pueda imaginar.
Mi segundo hijo nació después de un parto natural sin ni siquiera epidural, en el mismo paritório comenzamos la lactáncia materna hasta el año de vida.Está diagnosticado de autismo de alto funcionamiento.
No se puede hablar tan a la ligera de lo que causa del autismo
me parece interesanticimo el informe,tengo 3 hijas la mas chica de 5 años tiene tgd espectro autista no le pude dar de mamar y nunca tuve un vinculo afectivo siempre hubo un rechazo mutuo hoy por hoy es la luz de mis hojos pero creo q mi estado pos parto y no poder tener el vinculo q da dar de mamar influyo mucho
ResponderEliminarRespondiendo a la primera madre,
ResponderEliminarSiento si entendiste que la oxitocina provoca autismo. Precisamente puse los signos de interrogación en el título para expresar que hay estudios que indican una cierta relación o tendencia. Y los estudios que cita Michel Odent me parecen bastante serios, algunos de ellos están hechos sobre más de 25.000 sujetos. Evidentemente, la oxitocina es sólo uno de los factores. También hay que tener en cuenta otros como la tendencia genética, el estado emocional de la madre desde el embarazo, la calidad del vínculo y muchos más.
Ramón Soler
Psicólogo experto en Autismo y TGD
A la primera mamá: Lamento mucho que tu hijo padezca de autismo, y que el artículo haya herido tu sensibilidad como madre. Sin embargo creo que has entendido mal el texto, no se habla a la ligera en él en lo absoluto. Es la conclusión sacada de varios estudios científicos serios. Además el título lo plantea, como bien dice Ramón, a modo de pregunta, no de afirmación.
ResponderEliminarA Ramón, muchas gracias por responder por acá.
Cordialmente,
Louma
A la primera mamá,
ResponderEliminardecirle que yo si tuve un parto inducido,que el problema no creo que sea la oxitocina sino la sobredosis de ésta,que si provoca sufrimiento fetal ,el déficit de oxigeno transitorio es lo peligroso , que este déficit puede ocurrir en un parto natural?pues sí , por eso nuestros hijos tienen autismo.Cuando las contracciones eran seguidas pedí la epidural, yo ya no sentí más dolor , pero a mi hijo siguieron subiendo la dosis hasta que se "agobió" y tuvieron que cortar el gotero. Nadie me quita de la cabeza que esa fue la causa.
Esa misma noche murió una niña al nacer en ese mismo hospital.
Creo que el buen hacer de un profesional influye mucho.
Saludos a Ramón desde Cádiz.
Hola mamá anónima,
ResponderEliminarMuchas gracias de corazón por pasar y dejar tus reflexiones aquí. Sé que no sirve de mucho pero lamento muchísimo el trato que recibieron durante tu parto y el nacimiento de tu hijo.
Afortunadamente somos muchas las que nos movemos para concientizar acerca de la cascada de intervención en el parto y sus posibles consecuencias, creo que es lo único que podemos hacer por ahora. Informarnos, compartir y difundir la información, prestar apoyo a otras madres que buscan parir de una manera diferente a la que impone la sociedad actual occidental, y finalmente tender la mano a quien no lo haya logrado por cualquier razón.
Estoy recabando más información acerca del autismo, y en cuanto la tenga lista la publicaré.
-Le hice llegar a Ramón tus saludos-
Un abrazo, y nuevamente gracias por tu visita y tus palabras.
Louma
soy papa y tengo gemelos con asperger, el problema esta en la alimentacion, los alimentos geneticamente modificados, algunos con proteinas animales nos esta pasando la cuenta. se ven iguales, saben igual, a ningun adulto le provocan daño pero... no son iguales para los niños, el problema empieza a los 2 años justo cuando ya cambiastes la dieta... revisen.
ResponderEliminarhola estoy totalmente de acuerdo en muchas cosas,el parto y como sea en algunos casos influye mucho ,en mi caso tuve un parto traumatico no me pusieron oxitocina pero fue horrible ,me pusieron un calmalte y luego no me respetaron en ningun momento y me lo sacaron con espatulas y estaba un poco morado se lo llevaron y me lo trajeron y se que mi hijo sufrio mucho en el parto por todo lo que ocurrio despues ,tenia gases lloraba muchisimo y no sabiamos lo que le pasaba ,gracias a lactancia ya que le hasta los 3 años,cuando cumplio 2 años nos dijeron que tenia rasgos de autismo,gracias a que a hora se equivocaron y solo va retrasado en el lenguaje pero con mucha ayuda de terapias ,osteopatia ...De lo unico que estoy seguro es que si mi hijo hubiera nacido con un parto respetuoso no hubiera tenido todos esos problemas ,saludossss¡¡¡
ResponderEliminarHola! muy interesante el artículo. Como profe de Yoga estoy en la misma investigacion, parece que la posibilidad de experimentar amor, empatía, es decir consciencia Universal, incide directamente en la capacidad de amar de los niños y bebés, en su frescura, su capacidad de estar presentes e incluso de sanarnos con una mirada o una palabrita mágica. Ese poder del niño de "bajar información" directamente de los planos superiores no puede ser olvidada, ni mucho menos pisoteada.Porque nos estamos perdiendo la mejor oportunidad: recibir a esa luz que viene a la Tierra y aprender de ellos...
ResponderEliminar(como si estos bellos seres reflejaran nuestro autismo interior como humanidad, para reflexionar...)
Sat Nam
Hari Darshan Kaur
Tengo dos hijos. La mayor, de catorce años, està diagnosticada de TGD Sin Especificar...Su historia desde el nacimiento ha cambiado nuestras vidas y nos ha llevado por los caminos del descubrimiento personal. Ella tardó dos días en nacer, fue un parto provocado y acabo en una cesàrea de urgència. Nunca me sentí tan sola y desesperada. La oxitocina debía supurar por cada poro de nuestra piel...Pese a todo y a todos, me obstiné en darle el pecho , cosa que conseguimos y mantuvimos durante casi tres años (y hubiéramos continuado si no llega a ser por la intervención de una pediatra bienintencionada) Siempre supe que a nuestra hija le pasaba algo, però no fue diagnosticada hasta los 11 años.Y también siempre supe que la medicación intensa recibida en esos dos días era decisiva.
ResponderEliminarAhora , y desde hace años, nuestro objetivo es sanar esas circunstancias (y otras,claro)y repara el daño,restablecer el amor y paliar todo el maltrato obstétrico recibido. Gracias por escribir sobre estos temas. Gracias por ayudar a esclarecer tanto dolor.
Hola! Si bien algunas cosas son muy ciertas, en mi caso personal dentro de lo que se pudo tuve un "parto respetado", fue medicado, si pero porque estando ya de parto las cosas no fueron bien y hubo que apurar..todo salió bien, pude hacer piel con piel e iniciar la lactancia sin problemas en el mismo paritorio...eso de que la oxitocina sintética te impida enamorarte de tu bebé no me lo creo en absoluto, el cuerpo tardará más en producirla pero una vez que la sintética se metabolice, el hipotálamo se encargará de producirla. mi bebé va a cumplir un año y hasta ahora todo ha sido normal. Creo que no hay que ser tan alarmistas con ciertas cosas,yo quería un parto natural sin epidural pero las cosas no fueron como yo pensaba, en el momento del parto todo puede suceder. Un saludo.
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