La sabiduría innata de los niños no debe ser subestimada, ellos saben qué quieren y qué necesitan sus cuerpos en cada momento concreto. Por alguna razón se niegan a comer lo que en ocasiones les ofrecemos, bien porque no les guste o porque no sientan hambre en ese instante. Forzar a los niños a comer todo lo que está en el plato es enseñarlos a ignorar las señales que su propio cuerpo les da de hambre o saciedad, con las tristes consecuencias que esto trae.
Lo realmente importante es alimentarlo de manera sana y balanceada, de acuerdo a sus necesidades y sin forzarlo como dice el mismo Carlos González, ofrecerle la comida, no obligarlo a tomarla si no la quiere y si realmente no acepta alimentarse y pierde peso, pues allí toca visitar al especialista.
Aunque Carlos González haya escrito un excelente libro sobre el tema de la alimentación - Mi Niño no me Come - reconoce que no hacen falta muchos libros ni estudios científicos mientras que confiemos y escuchemos - como madres - nuestro instinto, regalo de la sabia naturaleza y los deseos del niño - que sabe mejor que cualquier experto lo que necesita. Sólo hay que recordar que criar a los hijos exige más cariño y menos instrucciones.
En una breve entrevista realizada a Carlos González, tras una conferencia en Goián, nos invita a derribar los mitos sobre la crianza y especialmente sobre la alimentación de los niños.
Para criar a un niño ¿mejor hacerlo sin manual?
Sí, porque se corre el riesgo de hacer más caso al libro que al hijo. A alguien le puede sorprender que lo diga yo, que he escrito varios. Lo cierto es que lo hice porque se estaba dando una información errónea sobre pesar la comida que se le da al niño, dar la fruta por la tarde o el pescado de noche. Mezclar manzana con naranja... Están dando normas rígidas de alimentación sin sentido, que llevan a la gente por el camino de la angustia. Es como eso que dicen de que el niño no debe dormir con su madre en la cama. El que puede salir de ella es el marido.
Le han preguntado ¿qué hacer si el niño no come?
Yo les digo que lo dejen en paz. Si no come y pierde peso, al médico. Sino es hacerle sufrir y retrasar el diagnóstico. No es admisible que cuando tenemos un grandísimo problema de obesidad infantil se siga diciendo que los niños no comen.
¿Fórmula para que la hora de la comida no sea una batalla de la que todos quieren huir?
Eso es según con qué padres. Porque dos no se pelean si uno no quiere. Hay que dejar en paz a los niños, ellos saben lo que han de comer.
Y qué me dice de la cuchara, que no gusta nada a los bebés, aunque haya algunas tan suaves como la piel.
Hay que ofrecerles la comida, la papilla, no metérsela en la boca. El niño puede llevar a la boca lo que sea: llaves, juguetes... y también comida.
Ahora ya se elige como mejor opción la lactancia materna. Falta convencer a los jefes, para facilitar la conciliación laboral. ¿Conoce algún político que esté a favor de eso?
Además de la alcaldesa de Tomiño, que acabo de conocer, lo cierto es que en España eso está muy mal. Todo es mentira desde un principio. Hay que elegir: o trabajo, o cuidar hijos. Una conciliación verdadera permitiría llevar a los hijos al trabajo. Mientras tanto, no hay milagros. Podría hacerse al revés: dedicar tres horas de calidad al trabajo y el resto del día a los niños.
¿Cuál ha sido la consulta más sorprendente que le han hecho?
Es frecuente que me pregunten cuánto duran las "propiedades" de la fruta, una vez triturada. Otra vez, una madre me dijo que iba a llevar al niño a la guardería. Allí le preguntaron si el pequeño tenía hábitos de horario de comida. Ella dijo que no. Tuvo que acostumbrar a su hijo a comer por horas. La paradoja es que le acostumbró a hacerlo a la una y resulta que en la guardería se comía a la una y media.
Sí, porque se corre el riesgo de hacer más caso al libro que al hijo. A alguien le puede sorprender que lo diga yo, que he escrito varios. Lo cierto es que lo hice porque se estaba dando una información errónea sobre pesar la comida que se le da al niño, dar la fruta por la tarde o el pescado de noche. Mezclar manzana con naranja... Están dando normas rígidas de alimentación sin sentido, que llevan a la gente por el camino de la angustia. Es como eso que dicen de que el niño no debe dormir con su madre en la cama. El que puede salir de ella es el marido.
Le han preguntado ¿qué hacer si el niño no come?
Yo les digo que lo dejen en paz. Si no come y pierde peso, al médico. Sino es hacerle sufrir y retrasar el diagnóstico. No es admisible que cuando tenemos un grandísimo problema de obesidad infantil se siga diciendo que los niños no comen.
¿Fórmula para que la hora de la comida no sea una batalla de la que todos quieren huir?
Eso es según con qué padres. Porque dos no se pelean si uno no quiere. Hay que dejar en paz a los niños, ellos saben lo que han de comer.
Y qué me dice de la cuchara, que no gusta nada a los bebés, aunque haya algunas tan suaves como la piel.
Hay que ofrecerles la comida, la papilla, no metérsela en la boca. El niño puede llevar a la boca lo que sea: llaves, juguetes... y también comida.
Ahora ya se elige como mejor opción la lactancia materna. Falta convencer a los jefes, para facilitar la conciliación laboral. ¿Conoce algún político que esté a favor de eso?
Además de la alcaldesa de Tomiño, que acabo de conocer, lo cierto es que en España eso está muy mal. Todo es mentira desde un principio. Hay que elegir: o trabajo, o cuidar hijos. Una conciliación verdadera permitiría llevar a los hijos al trabajo. Mientras tanto, no hay milagros. Podría hacerse al revés: dedicar tres horas de calidad al trabajo y el resto del día a los niños.
¿Cuál ha sido la consulta más sorprendente que le han hecho?
Es frecuente que me pregunten cuánto duran las "propiedades" de la fruta, una vez triturada. Otra vez, una madre me dijo que iba a llevar al niño a la guardería. Allí le preguntaron si el pequeño tenía hábitos de horario de comida. Ella dijo que no. Tuvo que acostumbrar a su hijo a comer por horas. La paradoja es que le acostumbró a hacerlo a la una y resulta que en la guardería se comía a la una y media.
Recordemos además, que si queremos que nuestros hijos coman sano, debemos comenzar por comer sanamente nosotros, somos su ejemplo :-)
¿Ustedes qué opinan? ¿Prefieren dejar que el niño coma cuándo y cómo quiera o hacerlo seguir reglas estrictas a la hora de comer?
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Una gran duda que me asiste cada vez que pienso en el "Mi niño no me come" es el de las chuches... Yo no ofrezco normalmente chuches a mis hijas, sin embargo, allá por donde voy se lo ofrecen, a ellas les encantan y a veces consigo convencerlas para que las guarden para después de la merienda, ... pero aun así no me gusta que las coman... ¿saben ellas que lo mejor para ellas no es comer chuches?
ResponderEliminarYo con mi hijo no tengo una hora exacta,pero trato de darle de comer entre la 1 ó 2, no mas,si no desea comer algo le ofresco otra cosa o si no quiere comer no lo obligo,despues del almuerzo come la fruta que el quiera y durante el resto del dia si quiere comer algo se lo doy y entre las 7 ó 9 le doy la cena.No me gusta obligarlo a hacer nada que el no quiera,solo trato de guiarlo en sus decisiones para que aprenda lo que esta bien y esta mal :)
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