El título suena complicadísimo, lo sé, pero es que titular el post cinco consejos para una crianza respetuosa, no comunica exactamente lo que quiero transmitirles hoy. Todos en algún momento nos pillamos a nosotsros mismos cayendo en patrones tóxicos dentro de la crianza, recurriendo de forma inconsciente, automática, a comportamientos que nos fueron propinados y muy probablemente -aún siendo niños- juramos no repetir.

Están allí, en la sombra, y el lado oscuro de mamá se asoma de vez en cuando cuando cae la gota que derrama el vaso, y cuando no hemos sanado esa parte de nuestra propia crianza. Recomiendo en estos casos trabajar la infancia con un buen terapeuta, y hacer introspección, pero igualmente, va bien tener a mano algunos tips prácticos para afrontar estas situaciones según la crianza en cultura de paz, recordarlas y aplicarlas, a la vez que trabajamos a un nivel más profundo nuestro pasado para no repetirlo.

Identifica tus gatillos.

Mantén el vaso lo más vacío posible para que necesites de MUCHAS gotas, no de una o un par para derramarlo.

Si ya sabes que te irrita tener la casa sucia y/o desordenada, que es algo que realmente te saca de quicio, organízate de manera tal que puedas mantener la situación lo más controlada posible. Divide las tareas de limpieza en pequeñas secciones. Por ejemplo, en lugar de proponerte la tarea titánica de arreglar todos los armarios en una tarde, arregla un cajón en 10 minutos -con temporizador-, luego al día siguiente o unas horas más tarde, cuando tengas de nuevo 10 minutos, pon otra vez el temporizador en el móvil y ordena otro cajón en ese lapso.

Verás que de esta manera resulta muy fácil mantener la casa en un estado agradable, lo cual es placentero para todos y te quita un dolor de cabeza de encima.

Por supuesto, que si repartimos las tareas del hogar entre todos, si enseñamos a los niños desde pequeños a recoger lo que desordenan, a modo de juego, todo será mucho más fácil.

Respira profundamente.

El respirar lenta y profundamente oxigena el cerebro y nos relaja -desactivado, en cierto modo, el secuestro amigdalino que ocurre en situaciones de estrés extremo-. También podemos probar técnicas de respiración profunda como por ejemplo el prana yama que nos aportan bienestar. Es una buena manera de desconectar de lo que estemos sintiendo, tomar una pausa y reconectar con nosotros mismos.


Mira a tu hijo a los ojos, y si estás suficientemente cerca, verás el reflejo de tu cara.

El otro día en medio de una rabieta, mi hijo me miraba a los ojos enfurecido. Se calmó por un instante y me preguntó por qué se ve a sí mismo reflejado en mis ojos. Le expliqué, poéticamente, sí, que era porque él forma parte de mí, y que yo también me veía en sus ojos porque yo soy parte de él.

Ya sé que es un mero reflejo y que podemos vernos reflejados en los ojos de otras personas también, pero me pareció una buena manera de ilustrar que somos lo mismo, que estamos en la misma situación, que lo acompaño, que es parte de mí y yo de él.

Si nos detenemos a hacer esa reflexión cuando veamos nuestro reflejo en los ojos de nuestros pequeños, recordaremos también que una vez, hace muchos años fuimos niños, y lo que sentíamos cuando nos "disciplinaban" de manera poco respetuosa (gritos, amenazas, castigos, etc.) -lo cual nos dará fuerzas para luchar contra el autopiloto que nos impulsa a hacer lo que hacían con nosotros.

Contacto piel con piel.

Además del contacto piel con piel, la ducha -quizás sea el efecto del agua cayendo y arrastrando todo hacia abajo- es una excelente manera de desconectar, dejar fluir, cambiar de ambiente y relajarnos para luego ver cualquier conflicto con otros ojos. Así que si sientes que estás a punto de perder la calma, dúchate sola si puedes, deja a otro adulto a cargo, o bien dúchate con tus pequeños, dejando los problemas fuera.

Prioriza.

Muchas veces nos ahogamos en un vaso de agua. En el momento, la montaña de juguetes en el suelo parece algo terrible, pero si lo vemos en contexto, es mucho menos importante que vulnerar la confianza de un hijo.

¿Vale la pena gritar/castigar/golpear/amenazar/desesperarme por eso? ¿REALMENTE vale la pena? Mira de nuevo esos ojitos. ¿Lo pueden arreglar de forma más amena? ¿Lo pueden dejar para otro momento? ¿Pueden cambiar algo de la rutina para que no ocurra ese efecto gatillo concreto?

Cuando tienes claras tus prioridades personales, te dedicas a lo que verdaderamente importa y te organizas de tal manera de poder dedicar suficiente tiempo al autocuidado para que tu vaso no se derrame con un par de gotas. Aquí te dejo otro recurso sobre el tema.

¿Y tú? ¿Qué haces para mantener la calma en situaciones de cansancio extremo o conflicto durante la crianza de tus hijos?

¿Sabes manejar de forma respetuosa los berrinches de tus hijos? ¿Evitarlos? ¿Contener a tu pequeño mientras mantienes la calma interior? Más info aquí.

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Louma Sader Bujana

Es autora de múltiples bestsellers, entre ellos Reflexiones sobre Crianza Respetuosa, y Happy Agenda, así como creadora de diversos cursos pioneros que devuelven el bienestar y la fluidez a la relación madre-hijo. Es, además de Licenciada en Odontología, con un enfoque en la educación y prevención, la fundadora de Amor Maternal, y de la Academia de la Crianza Respetuosa. Se ha especializado en marketing y emprendimiento online, ofreciendo consultoría para profesionales y pequeñas empresas.


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3 comentarios:

  1. Yo lo que hago es intentar ponerme en su piel, y darme cuenta de que no le mueven las ganas de molestar, sino las de jugar; que no quiere 'poner a prueba mi paciencia' como dicen en supernazzy, sino simplemente jugar; que por cansada que yo esté, sigo siendo yo la adulta que tiene que ser capaz de entenderlo a él y no puedo pedirle que me entienda él a mi

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  2. Abandonar por un momento la situación que nos ha llevado a ese punto de perder el control... si puede ser salir físicamente de la escena, mejor que mejor. Irnos a otra habitación y relajarnos allí, volveremos luego con más entereza.
    Saludos

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  3. A mi me pasa q mi hija no le gusta dormir y cuando no duerme su siesta se pone muy gruñona. Me ahogo en un vaso de agua definitivamente. Lo q hago es dejarla con sus juguetes y me pongo a hacer otras cosas como ordenar, limpiar, etc., mientras respiro profundente y pienso en lo mal q se debe sentir no poder dormir y tener sueño y llorar porq tu mamá no te entiende. Cuando pienso eso me baja una pena horrible y la acurruco en mi.. Q triste son nuestras sombras. Besos y gracias poreel artículo

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